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Humanización en la UCI

Foto del escritor: Lft. Dalia Sahian Lugo GarcíaLft. Dalia Sahian Lugo García

Actualizado: 2 may 2024

La humanización surge hoy en día en muchos ámbitos, tanto de la vida profesional como de las relaciones personales, y no solo en el campo de la salud, sino en muchas otras profesiones. Específicamente, en el área de salud la humanización es donde se da la situación más delicada, ya que la vulnerabilidad y el sufrimiento son casi inherentes al proceso de salud - enfermedad. En términos generales, Humanizar es definido por la Real Academia Española como hacer a alguien o algo humano, familiar y afable.

 

Humanizar a la Unidad de Cuidados Intensivos es centrarnos en la persona a la que atendemos, entendiendo que es única, preservando su dignidad y valores, cuidando con base en la mejor evidencia disponible, haciendo uso racional de recursos, incluyendo a los familiares y haciéndolos parte del proceso, recordando que la salud es un derecho fundamental de todo ser humano y finalmente también es devolver al equipo de salud la vocación y el sentido por lo que hacen.


En la actualidad existe un proyecto de Investigación Internacional “Humanizando los Cuidados Intensivos” (HU-CI), cuyo objetivo es el punto de encuentro entre pacientes, familiares y profesionales; difundir y acercar a la población general los cuidados intensivos y fomentar la formación en habilidades de humanización.


El Proyecto HU-CI consiste de 8 líneas estratégicas (figura 1), formulando para cada una de ellas objetivos e indicadores, actuando así como una hoja de ruta, pero, al mismo tiempo dejando espacio a la incorporación de variables propias de la cultura donde será implementada, para así establecer un modelo que perdure en el tiempo y no como respuesta a una tendencia.


FIGURA 1. Líneas de investigación Proyecto HU-CI


Tomado de: Rojas, V. et al. Humanización de los cuidados intensivos.


UCI de Puertas Abiertas y Participación de Familiares:


Tradicionalmente, las UCI han sido lugares en cuyas puertas existe un letrero que señala “Prohibido el paso” o alguna frase que limita el ingreso a quienes no trabajan ahí; conjugado a las políticas restrictivas de visitas que aún existen a nivel internacional y que se mantienen principalmente debido a las creencias de los profesionales, quienes refieren que la extensión horaria afecta a los pacientes y familiares al impedir el descanso, intervenir y retrasar cuidados de enfermería. No obstante, la evidencia ha demostrado mayores beneficios que riesgos vinculados a la flexibilización de los horarios y participación de familiares. Se trata de una invitación al equipo para incluir a los familiares en la atención e incluso en los cuidados, haciéndolos parte en rutinas de aseo e higiene, rondas interprofesionales, prevención no farmacológica del delirium y por sobre todo, facilitando el acompañamiento.


Comunicación:


En este punto se promueve:


a) Establecer pautas de entregas de turnos, ya que minimiza los errores y aumenta la seguridad en la atención.

b) Usar la tecnología como un facilitador de la comunicación en pacientes que no pueden hablar o prácticas de bajo costo, como la utilización de lápiz y papel, disminuyen el estrés y la ansiedad.

c) Entregar el estado diario del paciente junto al equipo de enfermería, preparar conferencias familiares con objetivos definidos y considerar que la necesidad de información es la más demandada por los familiares.

 

Bienestar del paciente:


El dolor y el miedo son algunas de las emociones que con mayor frecuencia expresan los pacientes, su incomodidad experimentada durante la hospitalización incluye aspectos físicos (como frío, calor, sed, dolor) y al mismo tiempo aspectos emocionales (miedo, angustia, incertidumbre).


El objetivo de esta línea es valorar de manera biopsicosocial al paciente y resolver sus necesidades de acuerdo a las opciones disponibles en la unidad de manera precoz. Esto contribuye a mejores desenlaces clínicos en el corto, mediano y largo plazo.

 

Cuidados al personal:


El “síndrome de burnout” es un trastorno que incluye el agotamiento emocional, despersonalización y sentimientos de baja autoestima profesional.


Estos problemas afectan la calidad de los cuidados, los desenlaces de los pacientes y la satisfacción usuaria y familiar. Se proponen dos categorías de prevención y manejo: Mejora en el entorno de la UCI e intervenciones centradas en ayudar en el enfrentamiento del entorno a las personas, por esta razón el abordaje debe ser multidimensional, promoviendo el desarrollo habilidades de comunicación, colaboración, participación en la toma de decisiones, dotación adecuada de personal, reconocimiento y liderazgo, así como estimular el autocuidado (descanso, alimentación y ejercicio) y la resiliencia.

 

Prevención, manejo y seguimiento del Síndrome Post-UCI:


El año 2012 la Sociedad Americana en Cuidados Críticos (SCCM) definió el Síndrome Post UCI (PICS) como “Nuevos o empeoramiento de los problemas de salud física, mental o cognitiva relacionados con la enfermedad crítica que persisten al alta del hospital en el sobreviviente”.


Las estrategias para prevenir PICS durante la estancia en la UCI son: evaluación de analgesia y sedación, prevención de delirium, movilización precoz, atención centrada en la persona y familia y formación permanente del equipo interprofesional.

 

Infraestructura humanizada:


En esta línea la propuesta es replantearse como mejorar los espacios al menor costo y con el mayor beneficio. Algunas sugerencias son invertir en muebles (para la estancia de familiares) y decoración (que facilite la orientación en tiempo y espacio), del mismo modo se sugiere que frente a la posibilidad remodelar o diseñar una nueva UCI se considere la existencia de ventanas con acceso a luz natural, box individual, medición de ruidos, regulación de la temperatura y luz, espacios protegidos para familiares, entre otras.

 

Cuidados al final de la vida:


Incorporar los cuidados paliativos en todos los pacientes que lo necesitan para asegurar una muerte libre de dolor y sufrimiento, respetando además las preferencias del paciente y familia. Estudios internacionales demuestran que la integración de cuidados paliativos en las unidades intensivas, además de ser costo-efectiva, favorecer la comunicación, garantiza la cobertura de las necesidades físicas, psicosociales y espirituales. Por esta razón, es fundamental que el equipo de intensivo adquiera competencias en esta temática.


Para más información consultar:

 

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